La Psicomotricidad es una disciplina que consiste en trabajar el desarrollo global de la persona (motriz, cognitivo, afectivo, social..) a través de su cuerpo y del movimiento.
Su intervención va dirigida tanto a sujetos sanos como a quienes padecen cualquier tipo de trastornos y así sus áreas de intervención serán tanto a nivel educativo como reeducativo o terapéutico.
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Dentro de las numerosas definiciones que podemos encontrar sobre Psicomotricidad se destacan las siguientes:
- Según la Escuela Internacional de Psicomotricidad (www.psicomotricidad.com) la Psicomotricidad es la historia de la personalidad a través del lenguaje no verbal y del movimiento. Se refiere siempre al individuo de una manera global; es decir, abarcando lo físico, psíquico, social y cognitivo. Ver vídeo
EXISTEN VARIOS ENFOQUES DE INTERVENCIÓN
– Psicomotricidad dirigida: El Psicomotricista dirige la sesión y tiene un rol muy activo (lo más parecido al profesor de Educación Física). Este propone ejercicios para trabajar las diferentes nociones y los alumnos imitan y repiten.
– Psicomotricidad vivenciada: En este enfoque el Psicomotricista no dirige. Tiene un trabajo anterior de preparación de la sala/gimnasio/clase en función de los objetivos establecidos para la sesión, utilizando una metodología basada en el desarrollo evolutivo mediante el juego libre.
DIFERENCIA DE LA PSICOMOTRICIDAD CON OTRAS PRÁCTICAS
(EIPs http://www.psicomotricidad.com)
– El deporte puede ayudar a la individualización, al dominio de sí; pero, pone el
acento en la parte motora más que en la psíquica.
– La fisioterapia se interesa fundamentalmente por las propiedades dinámicas y funcionales del movimiento. Tiene un enfoque del cuerpo más mecanicista, con el objetivo de rehabilitar funciones perdidas o mantener las limitadas.
PRINCIPALES ELEMENTOS BÁSICOS QUE SE TRABAJAN EN LA SALA DE PSICOMOTRICIDAD
– Globalidad y expresividad psicomotriz: El niño debe ser considerado como un ser global y no se le deben cortar las alas a su expresividad, significando de esta manera todos los parámetros de su entorno. Las acciones corporales del niño son las que establecerán la relación con su «yo» interno y con el resto de personas de su entorno, poniendo de manifiesto su expresividad psicomotriz.
– Motricidad: Está referida al control que el niño es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. La motricidad se divide en gruesa y fina, así tenemos: Motricidad gruesa: Está referida a la coordinación de movimientos amplios, como: rodar, saltar, caminar, correr, bailar, etc. Y motricidad fina: Implica movimientos de mayor precisión que son requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir, etc.).
– El esquema corporal: representación mental del propio cuerpo, de sus posibilidades y de sus limitaciones espaciales y de sus segmentos.
– La imagen corporal: la imagen corporal es lo que sientes y piensas cuando te miras a ti mismo. Es también cómo te imaginas que te ven otras personas.
– El tono muscular: está regulado por el sistema nervioso y lo podemos definir como el grado de excitación o relajación de los músculos de nuestro cuerpo necesarios para llevar a cabo de una acción o adquirir una postura determinada.
– El control postural o equilibrio: el equilibrio está relacionado con una buena coordinación dinámica general; implica además, la interiorización del eje corporal, permitiéndonos mantener el cuerpo en una determinada postura.
– Respiración: es de carácter reflejo pero, al mismo tiempo, podemos intervenir en ella de manera consciente, pudiendo modificarla según las distintas situaciones.
– Relajación: consiste en la distensión voluntaria del tono muscular, abarcando sólo parte del cuerpo o bien su totalidad.
– Conocimiento de las partes del cuerpo: implica tomar consciencia de uno mismo y de los demás.
– Ritmo: con el ritmo el niño organiza el tiempo y el espacio, adquiriendo las nociones de antes y después que le servirán a la vez para aprendizajes escolares, orden de tareas, etc.
– Estructuración espacial: la capacidad de orientarse en el espacio es considerada como un requisito básico e importante para los aprendizajes escolares como la lectura, escritura y cálculo aritmético.
– Estructuración temporal: necesario para la adquisición de los aprendizajes escolares, donde se tratará de discriminar conceptos temporales como hora, día, semana, mes, antes, después, ahora, mañana, ayer; así como adquirir las nociones de periodicidad, duración, orientación, sucesión…
– La lateralidad: consiste en la preferencia de utilizar un lado del cuerpo con respecto al otro que nos permitirá distinguir entre derecha e izquierda en nuestro propio cuerpo, en el de los demás, orientarnos en el espacio y con respecto a los objetos.
– Creatividad: Las exploraciones más básicas de los niños en la sala de psicomotricidad son en realidad ejercicios creativos, la necesidad y el deseo de investigar, descubrir, experimentar, es algo natural para ellos y que se potencia con estas sesiones.
– Coordinación del movimiento: consecuencia de una adecuada interacción entre el sistema nervioso.
Sala de Psicomotricidad / Metodología e itinerario de una sesión