1)      Exploración de los conocimientos previos de los alumnos.

2)      Evaluación del aprendizaje. Para un tópico determinado, un experto en la materia puede elaborar un mapa conceptual patrón, el cual serviría para evaluar, comprobando si las contestaciones gráficas de los alumnos (consistentes en trazos, proposiciones, conceptos, etc.) se corresponden con los conceptos fundamentales elaborados en el mapa patrón.

3)      Evaluación de la jerarquía conceptual incorporada. Aunque no existe una única posibilidad de mapa conceptual correcto, todo mapa conceptual grafica las jerarquías de conceptos y relaciones aprendidas por el alumno. Si, por ejemplo, alguna jerarquía se encuentra invertida, se estaría en presencia de un concepto aprendido erróneamente.

4)      Estímulo para diferenciación progresiva y reconciliación integradora. Si se comparan mapas conceptuales del mismo alumno antes y después del aprendizaje o mapas realizados por diferentes personas o mapas de distintos temas, pero con elementos comunes, se está en condiciones de alentar las etapas de diferenciación progresiva y reconciliación integradora estudiada.

5)      Recurso para el diseño de material curricular. Los mapas conceptuales se muestran muy útiles como instrumento para encontrar ejes para la secuenciación de aprendizajes.